jueves, 31 de enero de 2013

REFLEXIÓN EN EL DÍA DE LA JUVENTUD


Dijo el poeta: “Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer.

¿Qué ofrece la juventud para tantos la deseen?  El niño está deseoso de ser un joven,  cuando se es joven, no se quiere salir de esa etapa cíclica de la vida; mientras que cuando se están acercando los “TA”, muchos quieren parecerse jóvenes, aunque su organismo y fisonomía así lo declare.

Ciertamente la juventud es una etapa preciosa de la vida de los seres vivos, es allí cuando se presentan las mayores oportunidades.  Es el momento para disfrutar de la vida, el soltero disfruta y debe disfrutar su soltería.  También los novios disfrutan esos hermosos momentos.  Es allí cuando se tejen los mejores sueños y estos se disfrutan mucho más cuando están cargados de esperanzas.

Sin embargo, no todos los seres humanos han aprovechado la juventud: muchos no hicieron los cursos o los estudios que hoy pudiera beneficiarles en alguna carrera o un buen empleo.  Otros no aprovecharon sus fuerzas para construir algo de su vida que hoy hubiera sido muy satisfactorio.  Otros no aprovecharon ese trayecto para conquistar el amor de su vida, dejaron pasar la oportunidad.

Ahora bien, como hoy 31 de enero es día de la juventud en República Dominicana, quiero decirles a todos los jóvenes que aprovechen esta etapa de su vida.  Tienen la oportunidad de construir una mejor vida, en la que ustedes tendrán que vivir en el futuro.  En primer orden, construyan una vida ejemplar sirviendo a Dios, cultivando desde ahora una vida devocional estable, disponibles siempre para cualquier ministerio.  En segundo orden, Hagan los cursos y estudios que estén a su alcance, porque ustedes no están seguros de que van a vivir en el futuro mediato y lejano, y hasta inmediato en muchas ocasiones.  En tercer lugar, disfruten su juventud: jueguen, salgan, compartan, hagan vida social; si tienen una pareja en noviazgo, compartan con esa persona y disfruten el momento, que aunque finalmente no lleguen al matrimonio, quede por lo menos el recuerdo de los buenos momentos.  Por ultimo (no que no haya más), trata de sentarte y meditar en dos cosas: en el esfuerzo de tus padres por ayudarte y darte lo que han podido para que los valores más y los honres; y en esos momentos de meditación, trata de pensar como un adulto y como te ves en tantos años; de esa forma, podrás construir una mejor vida.

Felicidades jóvenes, aprovechen esta etapa de la vida, porque cuando se va, no vuelve; es igual al plátano maduro, que una vez amarillo, no vuelve a verde.

Bendiciones de parte de uno que todavía disfruta de juventud.

Hilario Balio                                                                           

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